lunes, 11 de marzo de 2019

Marató de Barcelona

Y llegó el gran día. Y llegó la cruda realidad del debut en una distancia tan larga. Parece increíble que la misma carrera en la que completé 25 kilómetros al ritmo buscado (sub 3h) prácticamente sin enterarme y disfrutando, se tornara en el peor de los sufrimientos apenas cinco kilómetros después, para convertirme en esto al llegar a meta...



La carrera, a pesar de lo larga y dura que fue (3h24' al final), se puede resumir en el párrafo anterior sin necesidad de mucho más detalle. Los primeros kilómetros son fáciles, fáciles. Tengo que ir incluso conteniéndome para no subir el ritmo y cumplir con los pasos establecidos. La media maratón la paso en 1h27'30", un pelo por debajo de lo pensado pero con buenísimas sensaciones, en ese momento voy feliz y rebosando confianza. Al poco (k22) Alejandra me pasa un gel y sonrío para hacerle ver que de momento todo en su sitio. Habiendo hecho ese paso tan bueno de media, decido guardarme un poco y controlar más los ritmos. Me digo a mi mismo que si completo la segunda media maratón en 1h32', habré cumplido el objetivo. En ese momento parece imposible que un bajón pueda aparecer, al menos no en el corto plazo.


Pero a partir del kilómetro 26 empiezo a pasarlo mal. Las piernas empiezan a ponerse demasiado duras y los primeros amagos de calambre aparecen. A pesar de todo, paso el k30 dentro del ritmo para poder bajar de las 3 horas. Pero a partir de ese punto llega el tan temido y famoso "muro". Las piernas ya no tienen más y voy absolutamente bloqueado de cintura para abajo. Al aspecto físico se une el desplome psicológico de ver como te adelanta gente a paladas y como el trabajo de meses se esfuma a 12k de meta. Estos últimos 12k se convierten en un suplicio, seguramente el periodo de sufrimiento más grande de todas las carreras que he hecho. Los kilómetros tardan cada vez más en aparecer (5' el mil, 6' el mil... hasta casi 7' el mil los últimos 5 kilómetros) y cada vez duele más todo y cuesta más seguir. Al final cruzo la línea de meta, con el sabor agridulce de no cumplir con el objetivo pero haber luchado y sufrido como nunca.

Tras esta dura prueba se abren dos interrogantes principales. En primer lugar: ¿Que falló? Un desplome puramente de piernas (no fue un K.O. de boxeo, el resto del cuerpo reaccionó bien) creo que está directamente asociado con falta de kilómetros en las tiradas largas. No fue el ritmo el que me condenó, sino que las piernas estaban preparadas para 30k y no 42k. Sabiendo esto ahora, tendría que haber apostado por tiradas algo más largas, al menos un par de ellas por encima de los 30k. Creo que ante un debut, tendría que haberme asegurado de que mi cuerpo, mis piernas, "se enteraran" de que quería correr 42k.

La segunda cuestión: ¿Volveré a correr para sacarme la espina? La respuesta ahora mismo es que no. Por un lado tengo claro por donde tendría que mejorar la preparación, haciendo énfasis en hacer un par de tiradas largas, pero largas de verdad. Pero por otro, la preparación ha sido muy dura, muchas horas y muchos días de dedicación que en el corto plazo no me apetece. Quizás si lo preparo con alguien... Pero ahora mismo, ya solo pienso en mis triatlones, volver a coger la bici, volver a la piscina, volver a lo mío. También tengo claro que si vuelvo a plantarme en una maratón y me sobrevienen estos dolores, paro en ese momento y a casa. Lo de ayer fue puro pundonor por terminar y no tirar meses de entrenamiento, pero jamás volvería a llevar a mi cuerpo a ese punto.

El penúltimo párrafo va para lo que supuso la carrera fuera de lo puramente físico. La Maratón de Barcelona es, sin duda, la mejor carrera a nivel organizativo en la que he estado nunca. Todo fue perfecto, la feria del día anterior espectacular, la organización del ropero, la salida, los voluntarios y las chicas de la Cruz Roja que se encargaron de "resucitar" mis piernas. Una experiencia brutal que no puede verse empañada por mi "petada". Cataluña vive un clima difícil estos días, por lo que me encanta poder decir que el deporte (al menos lo que yo he vivido el fin de semana) vive muy por encima de estas cuestiones. Gratamente sorprendido porque en los triatlones de 2014 y 2015 si que había tenido un par de malas experiencias con esto.

El último párrafo es para agradecer a Alejandra su compañía y reconocer a Óscar su carrera. Ella también se hizo su maratón particular yendo de arriba para abajo, para verme hasta en 8 puntos kilométricos diferentes. Y él, reventó como yo, en el mismo punto que yo, y luchó también para poder cruzar la línea de meta a pesar de las dificultades.


lunes, 4 de marzo de 2019

Previa Maratón de Barcelona

Casi tres años sin escribir, en realidad sin pasar por estos lares. No diré que en este tiempo no haya hecho nada de deporte digno de mención, pero si que me faltaba la continuidad para llegar a un punto de ilusión para sentarme a escribir sobre ello.

El año 2017 estuvo marcado por mi marcha definitiva de mi club de triatlón, el CTOA, al que me unía ya más un lazo sentimental que realmente práctico. El abandono por parte de Antonio y de Fran, hizo que la principal razón por la que seguía pagando las cuotas desapareciese: las competiciones por equipos con el Drink Team. El verano de 2017 aún defendí los colores azules, destacando los triatlones de Gijón (Junio) y de Madrid (Julio). Buenos triatlones, pero en su momento no escribí de ellos y ya no pinta nada que lo haga.

Aunque llevaba un par de años ya sin pisar las instalaciones de Santo Domingo, haciendo el 90% de mis entrenamientos solo, dejar el CTOA me afectó más de lo que pensaba. Condicionó mi motivación para competir y convirtió el 2018 en mi primer año sin triatlones desde que debuté en 2009. Además, la búsqueda infructífera de casa durante meses, hizo que en ningún momento pudiera encontrar esa imprescindible continuidad.

En Agosto de 2018 me coloqué el único dorsal del año en la Carrera de la Lagunas de Villafranca de 9k. Ya había hecho esta carrera en 2013, en aquel entonces con la clavícula en cuarentena baje de 4' por kilómetro. En esta ocasión, a pesar de un par de meses rodando, mi ritmo fue de 4'10". Lo que fue una hostia de realidad tremenda, porque no conseguir bajar de 4' el kilómetro es algo que nunca me había pasado... Así que en ese mismo momento mi compadre Óscar y yo nos pusimos como objetivo la Maratón de Barcelona, que se celebra el 10 de Marzo de 2019. El objetivo inicial parecía tremendamente ambicioso para nuestro estado de forma y ante un debut en la distancia: bajar de 3 horas.

Después de unas merecidas vacaciones y un cambio de vida radical - pasar de Madrid a Naves, un pueblo de menos de 100 habitantes - empecé con la preparación el 1 de Octubre. Los dos primeros meses, los dediqué a conseguir rodar 10k en menos de 50' sin que se me saliera el corazón por la boca. Los primeros días me costó muchísimo a nivel psicológico salir a correr 5-6 kilómetros a 5' por kilómetro y llegar acelerado. Pensar que no hace tanto mi lucha era por bajar de 35' en 10k. Por suerte me quité de este condicionante muy pronto, me centré en escalar poco a poco. Para principios de Diciembre ya estaba corriendo bastante bien, en Navidad vinieron las tiradas por encima de los 20k a las que respondí bastante bien y el 20 de Enero rematé con un test de 10k totalmente solo en  39'30". Este test supuso un punto de inflexión en mi preparación, especialmente a nivel mental. Desde ese día cambié el chip y empecé a ver el objetivo de bajar de las 3 horas más cerca. Después de ese test vinieron las series y respondí de lujo, mejor incluso que lo establecido por el plan.

El 10 de Febrero tenía programado el test de Media Maratón, que es la gran referencia a un mes vista para saber si las cosas van bien. Elegimos la Media Maratón Fuencarral-El Pardo, que es conocida por ser una carrera tremendamente dura, y puedo dar fe que lo es, y mucho más de lo que pensaba (y ya pensaba mucho). Mi tiempo para poder pensar en bajar de las 3 horas debería haber sido de 1h24', pero teniendo en cuenta la dureza del recorrido, el tiempo final de 1h26'30" me deja satisfecho. Es verdad que no me sirve para ir "tranquilo" a Barcelona, pero si para apostar claramente por ser ambicioso y salir en búsqueda de ese sub3h.

Y así me planto a 5 días vista de la carrera. Pase lo que pase, puedo decir que preparar la Maratón de Barcelona ha sido fundamental para recuperar las ganas por competir. Para muestra, el hecho de volver a escribir en este blog y mi inscripción para el Triatlón Popular de Madrid el 5 de Mayo. Espero poder escribir mi crónica soñada de Barcelona, pero si no, escribiré sin duda mi crónica de recuperación de la motivación.