viernes, 2 de enero de 2015

Gran 2014... a ver que pasa con el 2015

Como primer entrada de este nuevo año (en realidad me hubiese gustado escribir esto como última entrada del 2014) voy a intentar resumir lo que ha sido este año dua-triatlético.

Empecé esta temporada allá por principios de Febrero en Luanco, en un duatlón dónde pagué mi canguelo en la bici, pero que marcaba un buen comienzo de temporada, sobretodo en la carrera a pie.

Después vino el duatlón de Alcobendas, con una participación discreta tanto a pie como (especialmente) en la bici. El circuito me pareció muy pestoso, y el nivel era bastante alto (no en vano era el Campeonato de Madrid), cosa que creo que hace mi recuerdo de esta prueba peor de lo que probablemente fue en realidad.

El Campeonato de España de Duatlón en modalidad de Contrarreloj por Equipos en Noia, fue ante todo un viaje con buenos amigos. Disfrutamos de un fin de semana genial, y representamos al club en la categoría élite, algo que siempre recordaré (pues no creo que se vuelva a repetir). La prueba fue, en términos generales, bastante cómoda, aunque es cierto que en las bajadas volví a tener ese grado de inseguridad que me cabrea.

Como último duatlón me planté en el Campeonato de España en distancia olímpica (o corta, que suena peor) en Avilés. Era el principal reto de la primera parte de la temporada, lo preparé bastante bien, pero pagué la novatada en la distancia. Lo mejor (y lo peor para el resto de la prueba) esos 35'07" en los primeros 10k de la prueba.

En Fuente Álamo, empezaba la temporada (larga temporada en mi caso) de triatlón. En este caso fue un triatlón eminentemente festivo, disfrazado de vaca para conmemorar los 25 años de la prueba mi rendimiento pasó a un segundo plano. Aunque fue mi primera muestra de que la natación este año me iba a dar muchas alegrías.

Al fin de semana siguiente tocaba el doblete Copa del Rey-Relevos en Canet. En ambos casos me sentí con mucha fuerza, llegué en un gran momento de forma que se vio especialmente reflejado en el relevo, con una última carrera a pie de pura fuerza.

Y al siguiente, Sevilla. Sin duda el mejor triatlón sprint de la temporada, curiosamente en el que peores sensaciones tuve nadando, pero con los sectores de bici y carrera a pie más completos de mi vida. Además es la prueba dónde mis decisiones puramente tácticas han dado todas en el clavo.

Un mes después, tras una parada forzada (académica) competí en el EcoTriMad de Buitrago de Lozoya, con pésimas sensaciones en todo. Aún así gané a compañeros que el año anterior (en supuesta mejor forma) no fui capaz de batir... Por buscar algo positivo.

A finales de Junio volví a Donosti y, de nuevo, todo lo que rodea a este triatlón me puso las emociones a flor de piel. Es un triatlón muy especial, por el escenario, por su gente, por la prueba en si... Mi rendimiento (y el de todos) se vio muy condicionado por la meteorología durante la bicicleta (lluvia torrencial) y su contraste con la carrera a pie (sol de justicia). Aún así muy contento, sobretodo por mi primer sub25' (24'55") en el 1500 a nado.

Un fin de semana después, otro triatlón que se ha convertido en un habitual de mi calendario: Alcázar de San Juan. Este triatlón supuso un subidón de confianza definitivo en mi rendimiento en el agua. Sin neopreno estuve al nivel de dos compañeros de equipo,a priori, muy superiores a mi. Fallé en la carrera a pie, pero desgraciadamente mi potencial corriendo se ve seriamente reducido en verano.

Dos semanas después, en compañía del neo-triatleta Christian conseguí mi primer top-ten en un triatlón. Fue en el triatlón sprint de Deltebre en Tarragona, con una natación para valientes (a contracorriente en el Ebro) y una carrera a pie con un calor exagerado. A pesar de lo que dice el resultado, estuve muy lejos de mi mejor nivel del año (Sevilla).

Empecé Agosto (el mes en el que se me acabó la gasolina) en Valladolid, con otra gran natación sin neopreno, una bici muy sólida y con el aviso del cuerpo en la carrera a pie. Como globalmente fue un triatlón notable, no hice caso de las señales y seguí entrenado aún con más fuerza durante las dos semanas siguientes.

Y entonces llegué a Estepona a romper motores. Triatlón sufrido como pocos, con la única buena noticia de nuevo en el agua y con (al menos) la lección bien aprendida. A descansar tocaba.

Cuatro semanas después, volvía al ataque en Ribadesella, buscando sensaciones tras el derrumbe en Estepona. Natación fuera de serie y una bici de vergüenza (por el recorrido de la organización, no por mi rendimiento) para acabar retirándome por primera vez en un triatlón. Aún así me llevé buenas sensaciones para afrontar Barcelona un mes después.

Mientras muchos triatletas volvían a los entrenos en Octubre, yo me desplacé a Barcelona al mejor triatlón del año. Y eso que no empezó precisamente bien, con una tormenta que parecía que dejaría el triatlón de Barcelona en visita a Barcelona. Pero, el cielo se abrió, el mar se calmó y pude terminar con un rendimiento excepcional. Lejos queda ya mi primera debacle en el triatlón olímpico en Castellón en 2012.

Para cerrar elegí de nuevo Gijón y, al igual que en 2013, volvió a salir una gran prueba. Mejor aún que el año anterior, básicamente por esa exponencial mejora nadando.

El resumen del año se podría simplificar a un simple emoticono del WhatsApp...
Mi mejora en la natación ha sido brutal, y aunque sigue siendo mi peor sector, no es ni por asomo lo que era hace un par de años. También ha sido el año de los triatlones olímpicos, con dos participaciones muy sólidas, especialmente en Barcelona.

Ahora toca pensar en los retos de este 2015, donde sin duda repetiré en muchas plazas, a otras no creo que vuelva nunca y la búsqueda de nuevas aventuras en este año que alcanzaré mi tercera década de vida...