miércoles, 24 de junio de 2015

Campeonato de España de Duatlón Larga Distancia

Después de muuuuucho, muuuuucho, pero muuuucho tiempo vuelvo a escribir en este blog, motivado principalmente por los hechos acontecidos en Barcelona hace apenas dos días, pero que no contaré hasta que toque por orden cronológico (insertar música de suspense aquí). Muchas cosas han pasado en mi vida fuera del deporte que, como siempre pasa, han afectado al deporte. En este caso no me importa, las razones extradeportivas han merecido mucho la pena.

Por ese orden cronológico que comentaba, me toca hablar de esta competición que hice el último fin de semana de Febrero en Orihuela y que era mi principal objetivo del Invierno. Las distancias eran enormes (17-66-8), pero era un reto en que me apetecía probarme y sobretodo "sobrevivir". Los hechos han demostrado que la preparación de pruebas de Larga Distancia merecen otro tipo de aproximación, en especial en temas de alimentación antes, durante y después de la prueba.

Llegué con la cabeza en otra parte - mi inminente independencia parental - pero no me gustaría usarlo como excusa. Los entrenos habían sido buenos a mi entender, con muchos kilómetros de ambas disciplinas, pero mi estrategia de competición se demostró pésima.

Los primeros 17k de carrera a pie ya me dejaron dudas en la cabeza, las piernas mandaban señales de agotamiento a un ritmo (4´07" por kilómetro) que no debieran hacerlo. Mi mala selección de comer en carrera sin haberlo probado entrenando se volvió en mi contra. Me subo a la bici - con un temporal propio de película - con malas vibraciones.

A los 20k de la bici, del total de 66, me viene un pajarón de Dios padre, hijo y espíritu santo juntos. Algo me ha sentado mal y la tripa flojea a la par que la cabeza y la vista. No sé como consigo llegar al final de la vuelta (33k) sin caerme de la bicicleta, pero es bajarme y empezarme un tembleque que evidentemente supone el final de mi participación. Mi nivel de azúcar es realmente bajo y sigo sin poder enfocar la vista.

La carretera me había vencido, pero la lección aprendida a palos se aprende para siempre. La Larga Distancia es otra historia, no es nada parecido a lo que hubiera hecho hasta ahora y en el futuro no volveré a fallar con lo mismo - a lo mejor la lío con otra cosa - y lo cogeré con mucha fuerza.

Por encima de todo, la prueba me dejó el fichaje de la mejor acompañante y su grandes reportajes gráficos para mostrar solo el lado bueno de esta película de Orihuela. Como muestra, esta secuencia donde mi coordinación con mi compañero García es total.





Tras esta carrera, empezó un tiempo de cambio fuera del deporte, y las competiciones por equipos se convirtieron en las protagonistas del calendario...