jueves, 11 de julio de 2019

VI Triatlón por Equipos Playa de las Moreras

Escribo esto justo a continuación de haber publicado la entrada anterior, el desastre que supuso el triatlón de Gijón. Lo hago en un estado de tranquilidad gracias a volverme a juntar con mi gente del Drink Team después de 3 años sin competir juntos, precisamente en este mismo escenario.

Llegaba con bastante miedo, dado que mi última prueba fue como fue y a pesar de que los primeros días de junio me dí bastante caña, la segunda quincena estuve de vacaciones sin moverme. Ninguno de los 4 que formábamos en esta ocasión estábamos para echar cohetes, pero el recuerdo de esa bici de Gijón era demasiado pesado.

Dado que ya no estamos federados, nuestra salida era de las primeras, los séptimos para más señas. Esto nos hace estar pronto en el box y evitar colas y agobios. Así podemos disfrutar de ese momento en que vemos el cartel del Drink Team en nuestro trozo de barra.


Nos acercamos a la zona de salida en la Playa de las Moreras unos 10' antes de nuestra salida. Yo me meto a calentar bien en el agua como suelo hacer para evitar calentones más adelante. La prueba se retrasa unos 10' más y encima cuando nos tienen que llamar, el speaker pasa de nosotros y no nos nombra. Menos mal que estamos al quite y aunque sin apenas tiempo para pensar nos lanzamos al inicio de este aventura remember

La idea inicial en el agua era que Fran y yo marcásemos el ritmo delante y Jorge y Javi fuesen detrás. A nivel personal salgo muy muy bien, me encuentro cómodo nadando y voy a buen ritmo. En un momento dado, me da por echar un ojo hacia atrás... Javi ha vuelto a tener otro de sus episodios de entrar mal en el agua y el y Jorge están unos 20-30 metros por detrás. Por suerte, enseguida se tranquiliza y vuelve a coger ritmo. A partir de ahí, me quedo solo en cabeza y Fran se baja a controlar también a Javi. Nuestra natación a partir de ese momento es muy buena, vamos muy directos a las boyas y completamos el segmento en unos notables 13'48" teniendo en cuenta que el "incidente" nos habrá costado alrededor de un minuto.


Transición y a la bici. Este es el segmento clave para mi. Empezamos los 4 dando relevos medios, pero Jorge empieza a pasarlo mal y le dejamos fuera de esa función. Entre Javi, Fran y yo hacemos buenas series en cabeza, manteniendo un ritmo constante que permita a Jorge ir más cómodo. En la última vuelta Fran se deja caer también, ya que arrastraba molestias en el gemelo. Al final el sector sale en poco más de 34', lo que es para estar más que satisfechos.


Ya solo nos queda correr y todo mi nerviosismo inicial ya se ha disipado en la bici. Este sector es de disfrute total... salvo para Jorge, que a pesar del sufrimiento se viene arriba y lucha como un jabato para completar un último kilómetro bestial, cerrando este último sector en 23'30".



En mi caso prueba de disfrute total, lo que necesitaba después del batacazo en Gijón y para quitarme todos los fantasmas de la línea de salida. Lo mejor sin duda el grado de entendimiento que tenemos los drinkers, que aunque lleváramos 3 años sin competir juntos supimos hacer en carrera lo que era necesario en cada momento. Espero que esta prueba se establezca como un clásico para que sirva de reencuentro entre buenos amigos y el deporte que nos unió.


Triatlón de Gijón 2019

He retrasado esta entrada más de la cuenta porque tuve un bajón anímico bastante importante tras esta prueba. En la entrada de Madrid, explicaba que "se me había olvidado" hacer triatlón, dado que lo que más había notado entonces era una falta absoluta de tensión competitiva. Esperaba que en Gijón, casi un mes después las cosas fueran mejor, y lamentablemente no fue así.

Aquí ya no es que me faltara tensión competitiva, es que (especialmente en el sector de bicicleta) volví al estado de forma de hace diez años cuando me tiré por primera vez al Tajo. Analizado con la calma que da el paso del tiempo, los 20 días que pasaron desde Madrid mi dedicación fue bastante menor que en los dos meses de reciclaje triatleta entre la Maratón de Barcelona y el tri de Madrid.

Nadar, no se puede decir que nade mal. Desgraciadamente la prueba, a pesar de los 33€ de inscripción, no contaba con cronometraje mediante chip, por lo que solo conozco el tiempo total y no puedo medir este segmento que es el que mejores sensaciones me dejó. Al menos para llevarme algo positivo. Si puedo escribir que al coger la bici, quedan bastantes todavía esperando colgadas a sus dueños. Esto me hace ser muy optimista en ese momento...

Pero la bicicleta es un desastre. No recuerdo un segundo sector tan malo desde que empecé a competir con mi bicicleta de usar y tirar del Decathlon. Las piernas pican, es como si estuvieran frías y no hay forma humana de calentarlas. Veo como me adelantan grupos y grupos de triatletas, sin ser capaz de aguantar el ritmo, con lo fácil que es ir a rueda en este tipo de perfiles (casi) íntegramente llanos. Por sacar algo positivo en la última vuelta soy capaz de aguantar el ritmo de un grupillo, pero cuando ya me han adelantado no menos de 50-60 triatletas.


Me bajo a correr totalmente desmotivado, sin ganas de sufrir... ¿Para qué? Debo ir como en el puesto 100 o más, así que me limito a terminar. Solo reacciono algo cuando me quedan un par de kilómetros, motivado por ver en la lejanía un grupo de corredores a los que consigo dar caza. De esta manera pongo punto y final al peor triatlón en mucho, mucho, pero mucho tiempo.


El 7 de Julio disputo de nuevo junto a mis hermanos del Drink Team el Triatlón por Equipos de Valladolid. Espero sinceramente estar a la altura, otro mal triatlón me dejaría muy tocado.

Fin del Sermón.