Después de la retirada en la Media Maratón de Gijón, este Domingo tuve que retirarme del III Triatlón de Talavera. En este caso, hay que hablar de retirada forzada. Y es que fui incapaz de completar los 750 metros de natación en menos de 30 minutos, lo que provocó mi retirada de la prueba por los jueces.
La natación es, con diferencia aplastante, mi peor sector en esto del triatlón. Pero ayer no fue esto lo que me impidió completar el sector "decentemente". Nadar contracorriente el Tajo por el centro del cauce es, tras lo ocurrido, una cagada de novato bestial. Cuando te das cuenta de que llevas cerca de veinte minutos brazeando y pataleando y no te mueves, y tiene que venir un tio de organización a decirte: <<Pero, vete hacia la orilla hombre, que alli la corriente es menor>>. Efectivamente, la corriente es menor y consigo avanzar en cuestión de dos minutos lo que llevo veinte sin poder hacer, pero cuando pienso que ya he terminado, un juez se acerca en kayak y me dice que estoy fuera de tiempo.
Ahora mismo estoy cabreadísimo. No sé si más por mi cagada de novato pringao, o con un juez que después de 30 minutos luchando en un rio enbravecido con los brazos rotos y el corazón en la boca, no te deja terminar. Cuando además, te toca ver a un alto número de participantes (no menos de 30-40) terminar la prueba por encima del tiempo que me hubiera llevado a mi, si me hubieran dejado salir del agua y continuar.
Como yo sólo no voy a cambiar el sistema, por mucho que me pese ver a un tio empezar el sector de carrera a pie hora y media después de la salida, toca seguir dando pasos al frente en natación y sobre todo, la próxima vez que tenga un rio a contracorriente, fijarme por donde va el 80% del pelotón y no el 20% de inexpertos capullos que acaban retirados.
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