lunes, 14 de mayo de 2012
viernes, 4 de mayo de 2012
23º Triatlón de Fuente Álamo
Nueve meses después del Triatlón de la Vila en Barcelona en 2011 volvía al que ya considero mi deporte. La cita era en Fuente Álamo (Murcia) y debo decir que a cualquier persona que esté buscando una prueba donde debutar debería animarse con esta prueba. El eslogan de la prueba es "El Triatlón de los Triatletas" y aunque pueda sonar presuntuoso, debo decir que es una realidad. No voy a entrar en como pruebas como esta dejan absolutamente en evidencia a cualquier otro triatlón que puedas imaginarte. Prefiero quedarme con la parte positiva, con como todo un pueblo se vuelca como si de las fiestas patronales se tratase en que no nos falte nada. Una gozada. La entrega de premios y la fiesta posterior es el remate perfecto a un fin de semana en clave de triatlón.
En lo estrictamente deportivo las sensaciones son ambiguas. He nadado mejor que nunca en mi vida, lo que demuestra que voy por el buen camino con este segmento que es mi gran debilidad.
El día, en cuanto a meteorología, no acompañó nada en las horas de la prueba. No así el resto del día, por lo que ese factor de mala suerte también resultó determinante. Nos tiramos a nadar, con los neoprenos puestos desde las 4 de la tarde, a las 17,30h con muchísimo viento y lluvia. Antes habían salido desde las 5 y en tandas de diez minutos, las chicas, los élite y los veteranos con los sub-23. Las chicas que son las que primero se comen la tostada, se retiran en masa del agua (al menos 20 participantes). La corriente en el agua es importante, pero viéndolo desde la orilla aprendemos la lección y de esa forma cuando nos toca no os pasa tanta factura. Nado muy bien, mejor que nunca. Es cierto que las condiciones adversas, agua salada y neopreno te igualan a los mejores, pero al salir del agua lo hago con compañeros de entrenamiento que suelen "barrerme" en la piscina.
La bici tiene un perfil en triángulo, con un puerto aproximadamente a la mitad de la distancia total (25k). La primera parte - ascensión al puerto - voy finísimo. Adelanto una barbaridad de competidores, voy muy cómodo en esta situación y al momento de coronar estoy completando un triatlón perfecto.
Peeeeero (desgraciadamente siempre hay un pero) a partir de la bajada (muy corta) y al encarar el llano, no voy nada en la bicicleta. Todos a los que he pasado subiendo y alguno más me pasan fácil y yo soy incapaz de mover la bici con potencia.
Tras el mal rato en el llano con el viento - al menos la lluvia ha parado - me calzo las zapatillas con mis recién estrenados cordones elásticos y a correr. Dos vueltas, la primera de 3k y la segunda de 2k. La primera voy horroroso, con un flato que me impide correr como podría por patas. A partir de la segunda vuelta, especialmente los últimos 1500 metros, se me pasan los males y puedo empezar a correr. Solo en esa distancia adelanto a unos 15-20 triatletas, lo que al menos me hace terminar con buen sabor de boca.
Lo que viene después de cruzar la meta es, como abría esta entrada, impresionante. La fiesta de celebración con las chicas del CTOA primeras por equipos y los chicos segundos, inmejorable.
Sin duda el tratlón de los triatletas.
En lo estrictamente deportivo las sensaciones son ambiguas. He nadado mejor que nunca en mi vida, lo que demuestra que voy por el buen camino con este segmento que es mi gran debilidad.
El día, en cuanto a meteorología, no acompañó nada en las horas de la prueba. No así el resto del día, por lo que ese factor de mala suerte también resultó determinante. Nos tiramos a nadar, con los neoprenos puestos desde las 4 de la tarde, a las 17,30h con muchísimo viento y lluvia. Antes habían salido desde las 5 y en tandas de diez minutos, las chicas, los élite y los veteranos con los sub-23. Las chicas que son las que primero se comen la tostada, se retiran en masa del agua (al menos 20 participantes). La corriente en el agua es importante, pero viéndolo desde la orilla aprendemos la lección y de esa forma cuando nos toca no os pasa tanta factura. Nado muy bien, mejor que nunca. Es cierto que las condiciones adversas, agua salada y neopreno te igualan a los mejores, pero al salir del agua lo hago con compañeros de entrenamiento que suelen "barrerme" en la piscina.
La bici tiene un perfil en triángulo, con un puerto aproximadamente a la mitad de la distancia total (25k). La primera parte - ascensión al puerto - voy finísimo. Adelanto una barbaridad de competidores, voy muy cómodo en esta situación y al momento de coronar estoy completando un triatlón perfecto.
Peeeeero (desgraciadamente siempre hay un pero) a partir de la bajada (muy corta) y al encarar el llano, no voy nada en la bicicleta. Todos a los que he pasado subiendo y alguno más me pasan fácil y yo soy incapaz de mover la bici con potencia.
Tras el mal rato en el llano con el viento - al menos la lluvia ha parado - me calzo las zapatillas con mis recién estrenados cordones elásticos y a correr. Dos vueltas, la primera de 3k y la segunda de 2k. La primera voy horroroso, con un flato que me impide correr como podría por patas. A partir de la segunda vuelta, especialmente los últimos 1500 metros, se me pasan los males y puedo empezar a correr. Solo en esa distancia adelanto a unos 15-20 triatletas, lo que al menos me hace terminar con buen sabor de boca.
Lo que viene después de cruzar la meta es, como abría esta entrada, impresionante. La fiesta de celebración con las chicas del CTOA primeras por equipos y los chicos segundos, inmejorable.
Sin duda el tratlón de los triatletas.
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