martes, 27 de marzo de 2012

Raid "Desafío Toledo"

Siempre me ha encantado la película "Amanece que no es poco", estandarte del humor absurdo en España. Lo que nunca pensé es verme algún día dentro de la película. Pues bien, este último sábado Jorge y yo fuimos los secundarios de lujo.

¿El escenario? La Ferretería Marín, situada a escasos metros de la salida del Raid "Desafio Toledo" que da título a esta entrada, pero que queda en segundo plano frente a la Sra. de Marín. El caso es que a este Raid, aunque sólo fuese porque era en Toledo y no en Madrid a 5 minutos de mi casa, lo habíamos preparado mejor. Sin duda, la principal mejora, más allá de comida y bebida, era tener un portamapas decente y no un cacho cartón pegado a una manguera. Pero nos faltaba una pieza. Un esparrago de unos 10 cm para unir el portamapas con el manillar de la bici. Y aquí empezó el festival de la Sra. de Marín.

Resulta más fácil (y divertido) contarlo que escribirlo, así que si cuando nos veamos queréis una historieta cachonda entre cervezas, ya sabéis que pedir. Esto amigos, si yo fuese una mujer, se llama calientapollas. Pero nuestra amiga ferretera, necesitaría un post solo para ella y entonces el título sería un engaño. Al final, el Sr. Marín con una intervención gloriosa de 1€ de coste nos pone en competición.

Empezamos corriendo Benet y yo, y lo primero que encaramos es el Kayak. Mal, la verdad, entre que las canoas que facilitan son una basura y no sabemos remar bien vuelvo a bajarme con calambres y encima cubierto de mierda, pues la baliza está situada en un fangal. Cabrea bastante estar en buena forma e ir toda la competición tocado por una mala postura remando. Lo positivo, es que a partir de ahí todo son buenas noticias y diversión, que es a lo que venimos que coño.

Benet es un figura con la brújula y yo me dejo llevar. Cometemos algunos errores, el principal es empeñarnos en 3-4 ocasiones en seguir el curso del Tajo bajando a su nivel, y encontrándonos con que la única manera de continuar es remontando el río a nado... otra vez pa'rriba. Toledo, que no es conocido precisamente por sus llanos te va cocinando los cuadriceps a fuego lento. Hacemos rápel y escalada, donde perdemos más tiempo esperando que compitiendo, y finalmente nos metemos en el casco antiguo a la búsqueda de unas 6 balizas. Aquí perdemos mucho tiempo también, pero es que estos árabes hicieron unas calles que cágate lorito. Te metes por una que lleva la dirección que quieres y de repente cambia bruscamente a la derecha, como España.

Al final, algo más de 3h45' pero los 18 puntos conseguidos. A eso de las 16h, arrancamos Nuñez y yo con las bicis. Debo reconocer que esta etapa era la que más miedo me daba. Tenía más que dudas de nuestra capacidad para orientarnos sin Jorge. Pero la dificultad de esta prueba está en los kilómetros y no en la capacidad orientativa, así que salvamos mejor que bien esta etapa, en torno a 2h15'. La brújula de nuevo hizo de colgante. A nivel de eficacia esta etapa es la mejor, Nuñez y yo no dejamos de "tirarnos triples" en decidir la dirección a tomar y entran todos. Jaycee Carroll y Navarro al ataque.

Esta etapa nos deja con 27 puntos de 28 posibles. A nivel físico el Kayak sigue ahí dando por culo y me hace sufrir en los desniveles, pero en el llano me deja en paz. Un poquito de deshidratación pero hubiese pagado por estas sensaciones en Madrid. Llego con fuerzas para seguir todo el Raid.

Aproximadamente a las 18h20 salen mis dos compañeros a la última etapa, un mixto de BTT y orientación a pie. Parece poco tiempo para conseguir los 16 puntos que restan. Yo me quedo estirando y comiendo, cuando Eva se da cuenta de que Antonio se ha dejado las zapatillas para correr. Luego me enteraré de que además Jorge se hace un esguince de tobillo. Me hubiera encantado estar allí para ver a un cojo y a un bailarín de claqué buscando balizas. Eso si, clavan la llegada (limitada a 8 horas) en 7h59'49''. Cracks.

Puesto 17º de 32. Cabeza de Ratón. Es un buen resultado, teniendo en cuenta que el resultado habitual (10º) queda a 3 puntos, que con una mejor gestión del tiempo y sin percances se habría alcanzado bien. Después de una ducha merecida y unas migas que levantan a un muerto, volvemos a Madrid.

Termino esta larga entrada, pero es que 10 horas dan para mucho y eso que no he contado la historia de la Sra. de Marín y su espárrago 3/8", agradeciendo a Eva Urogallo su ayuda. A Harpo, agradecerle que no se comiese nuestra pasta.



Próxima semana: Rivas, Campeonato de Madrid de Duatlón.




lunes, 19 de marzo de 2012

XXXIII Carrera del Agua

A diferencia del año pasado donde en esta misma carrera lo pasé fatal, este año he podido disfrutar muchísimo corriendo. ¿La diferencia? Este año acudí como liebre de 40' para ayudar a los corredores que quisiesen bajar de esa marca.

En realidad poco hay que reseñar de la prueba, cuando uno disfruta tanto corriendo en ese ritmo en que se están haciendo kilómetros de calidad sin llegar a sufrir pues las batallitas sobran. Objetivo cumplido con 39'50'' y quedé con tan buenas sensaciones que al llegar a casa cogí la bicicleta para hacerme unos kilómetros de más.

Lo único que me apetece comentar por frustrante, es la actitud de algunas personas que "supuestamente" quieren bajar de 40' y al final se quedan sin hacerlo porque piensan que las liebres de la organización estamos para putear o algo parecido e ignoran nuestros ritmos por completo. Cuando uno va bien, tiene tiempo de observar a la gente y darse cuenta de las idas y venidas de corredores que al final se quedaban sin premio.

El sábado el Raid de Toledo, en donde se verá si mi estado de forma es el que creo.

viernes, 9 de marzo de 2012

Duatlón del Pinar de San José

Este pasado domingo me fui para el Barrio de La Peseta para competir en mi segundo duatlón. El perfil era para hacer una mejor prueba que en la Casa de Campo, además habían pasado 15 días. Para este me acompañaba mi socio, más experimentado que yo en estas pruebas: Don Óscar Hidalgo Lledó.

Salimos puntuales a encarar los primeros 5 kilómetros en los que me encuentro bien, mejor que en Casa de Campo y el último kilómetro me dejo caer un poco (Óscar se me va aquí) para completar los 5 km en algo menos de 18 minutos. A partir de aquí el calvario.

Cojo la bici y escucho un "clonc" pero no noto nada raro así que tiro. Desde el principio parece que no voy sobre la bici. No es que parezca, es que no voy nada. Soy incapaz de mover el plato grande y tengo que tirar con desarrollos ridículos y sufriendo. No consigo coger ritmo ni bajando. Por fin, dejo la bicicleta con algún "clonc" más.

Creo que no voy a ir en lo físico, pero en cuanto vuelvo a correr, vuelvo a sentirme bien y termino salvando los muebles con un gran último parcial, poco por encima de los 9 minutos. Al final, como puede verse en la imagen, 1h12'05''.


Ahora, como en las películas de intriga, al final se cuenta la verdad. Todo lo que he contado hasta ahora sobre la bici es lo que yo viví y lo que yo sentía. Pero al ir a coger la bicicleta a boxes: ¡Sorpresa! La rueda de atrás de la bicicleta esta suelta. La cubierta se ha deformado de rozar lo que me ha provocado ir frenado toda la prueba. La cadena, a la basura. Nunca me había alegrado tanto de que la bici estuviese jodida. La explicación es peor económicamente, pero en lo anímico es la hostia.

Otro paso adelante, este psicológicamente es brutal, acabar (y nada mal, apenas a un par de minutos de Óscar por ejemplo) en estas condiciones, después de comerme la cabeza durante toda la prueba de ciclismo de lo mal que estaba, pues evidentemente es positivo. Aunque el resultado objetivamente, es malo.

Próxima parada: Raid de Aventura en Toledo con mis compadres Benet y Nuñez, esta vez sin conocer el terreno...