jueves, 13 de septiembre de 2012

DuCross Nocturno Alcorcón

La bici de montaña no me quiere. Y no se lo reprocho. Yo tampoco le he demostrado ningún afecto a lo largo de la temporada. En Boadilla, allá por finales de Junio ya se manifestó este poco "feeling", que diría Pep. Antes de empezar a competir reventó su rueda trasera en un clara declaración de intenciones. Tras arreglarla, me tiró dos veces y sacó la cadena otras tantas. Desde entonces permanecía abandonada en un triste, oscuro y húmedo sótano mientras su prima lejana de carretera disfrutaba junto a mí de las pruebas de verano. Durante ese tiempo gestó su venganza...

Y el sábado pasado en Alcorcón llegó su oportunidad, y vaya que tardó mucho en cobrársela. Exactamente dos kilómetros. Tras un primer sector de carrera (4,5k) a pie perfecto, con ritmo alto, buena zancada y mejores sensaciones, conseguí salir a dar pedales con mi enemiga íntima en 3ª posición. Me permito hasta soñar durante unos minutos en que me mantengo con los 6-7 duatletas en cabeza de carrera...

... de repente pierdo tracción, cada pedalada es un infierno y caigo hasta la 20ª posición en cuestión de un minuto. Lo ha hecho otra vez. Y ha aprendido de errores pasados. Esta vez ha esperado a pincharse en carrera y no antes como en Boadilla. No tengo forma de seguir, así que emprendo el camino de vuelta... con ella a rastras. Me parece que hasta oigo como se ríe la hija de la gran puta...



Si algún niño está leyendo esto, hacedme caso, decid no a las bicicletas de montaña.

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