lunes, 7 de julio de 2014

XXIX Triatlón Internacional de San Sebastián

Terminaba la anterior entrada del EcoTrimad contando que dado el buen resultado de Donosti, me apetecía poco hablar de lo que pasó en Buitrago y mucho de lo que pasó en la Concha. El fin de semana en Donosti fue una pasada, siempre que estoy por allí las ganas de quedarme (al menos una temporada) son enormes.

Llegué el viernes por la tarde con un tiempo estupendo que duró hasta el sábado a media tarde. A partir de las 4 de la tarde del sábado se levanta un viento y empieza a llover como si no hubiese un mañana. El domingo por la mañana, que es cuando se celebra la prueba, cae el típico mojabobos (o txiribiri que dirían los vascos) pero el viento ha bajado bastante.

Dejo las cosas en el box, me calzo el neopreno y me bajo a calentar (volviendo a las buenas costumbres de esta temporada, perdidas en Buitrago) al agua. En el momento de meterme a calentar la lluvia y el viento aprietan un puntito más. A las 9:30 en punto (así da gusto, joder) se da la salida a los 1500 metros de natación, 40 kilómetros de bicicleta y 10 de carrera a pie.

El 1500 en la Concha es una pasada. Natación rozando la perfección (dentro de mis estándares, entiéndase), con unas sensaciones bárbaras en todo momento y saliendo con fuerza del agua. Muy, muy contento con este sector de la natación, que me esta llevando a ser muchísimo más competitivo en esto del triatlón. Al final 24'55" haciendo el parcial 165 de 839 participantes. El año pasado, en estas mismas aguas, me fui a 27'10" (parcial 329).

La bici la empiezo sin darme cuenta de que está soplando un viento de narices (no como el sábado, pero suficiente para sacudir la bicicleta) y a partir del kilómetro 10 la lluvia se cuela también en la fiesta. La bici se convierta en una cuestión de supervivencia, especialmente en la peligrosa baja del Igueldo, donde más de uno y más de dos prueban el asfalto. Mucha agua, más viento, más aceite... pésima combinación. A pesar de todo esto, consigo hacer el parcial de bici mejor (cuestión de segundos, pero mejor) que el del año pasado: 1h22'17" este año por 1h22'25" del año pasado. La diferencia de dureza se refleja en que el mismo parcial me lleva a hacer el parcial 288 este año por el 387 del pasado.



Cuando llego a correr a La Concha, deja de llover y se asoma el sol... manda huevos. La carrera a pie está llena de altibajos, con muy buenas sensaciones en determinados momentos y crisis (especialmente por el puñetero flato) en otros. Al final 39'22" (Parcial 89) por los 39'52" (Parcial 118) del año pasado. Aún lejos de mi nivel real en la disciplina, pero que coño... 30" mejor que hace un año y con momentos de correr realmente a gusto.


Al final consigo rebajar mi tiempo del año pasado en 2'53" parando el crono en 2h26'35" en el puesto  175 de 839 participantes. ¿Hay que mejorar? Por supuesto. ¿El año pasado quedé en el puesto 281? Tan cierto como lo anterior. ¿Con que me quedo? Con una ración de las dos cosas, pero sobretodo con la sensación de que el norte y en particular Donosti siempre sacan lo mejor de mi.


De esta forma terminaba mi primer triatlón olímpico de la temporada. Gracias a mi madre por la compañía todo el fin de semana y a todos los donostiarras que se vuelcan con este triatlón de una manera espectacular. ¡El año que viene más y mejor! Eskerrik Asko!


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