viernes, 31 de mayo de 2013

De Bolas y Alcardetes

El fin de semana del 11 y 12 de Mayo fue uno de esos completitos que te dejan totalmente fundido. El sábado coronando la Bola del Mundo en bicicleta y el domingo con una carrera de 10k de las duras.

La Bola

El sábado, acompañado por algunos de mis compañeros C.T.O.A., completé otro de esos retos exigentes con la bici. A priori, y a posteriori, el más duro de conseguir. Tras Lagos de Covadonga, Abantos, Morcuera, Jitu d'Escarandi o el Fito, llegaba el más delicado, tras coronar Navacerrada (por si solo un puerto exigente) subir a la Bola del Mundo. Algo más de tres kilómetros de porcentajes extremos:


Para conseguir esto, y dado que en la flaca tenía montado el 53x39 y no el compact (50x34) y me daba mucha pereza cambiar el grupo para un día, opté por llevarme el amasijo de hierro que compre en Decathlon hace ya unos 5 años y que nos ha desvirgado (y desvirgará... Benet) a unos cuantos en esto del Triatlón, que pesa al menos el doble que la flaca.

Entonces... ¿Por qué coño llevé esa bici? Simple, por su mágico tercer plato de 30 dientes que permite que en pendientes muy exageradas se asemeje a una bicicleta de montaña. Así que con este espíritu nos lanzamos a por el reto. Primero Navacerrada, que como ya me lo conozco y no quiero desgastarme ni medio gramo me descuelgo de todos mis compañeros. Esta subida la paso sin más, intentando llevar cadencia elevada para no gastar más que lo justo.

Una vez llegado a Navacerrada toca empezar a sufrir. La primera rampa ya es criminal, apenas llevo 200 metros y ya estoy dando chepazos, cuando pasan 4-5 minutos, la pendiente no baja de un 14-15% y sigo con el sufrimiento empiezo a pensar que a lo mejor es el primer reto que no consigo, pero justo en ese momento llega una disminución de pendiente (que será un 6%, pero que después de un 18% sabe a gloria) y recupero sensaciones.

De aquí hasta arriba se sigue teniendo tramos muy duros pero más cortos y esto permite dosificarte bien. Cuando estoy a punto de llegar aparece la nieve, que finalmente me impide el paso hasta las famosas antenas, quedándome a 100 metros, pero con la satisfacción del reto superado.


Villanueva de Alcardete

Sin tiempo más que para la foto bajamos hasta Villalba - donde esperan los coches - y de ahí vuelta a Madrid, para casi sin descanso comer y salir en busca de un socio mítico: Óscar. Con el salimos hacia el pueblo de Carmen (su señora) para disputar el día siguiente los 10k contra el Alzheimer.

El sábado estoy bien, pero el domingo me levanto hecho unos zorros. Así que no me duela creo que los párpados y 3 o 4 dedos de las manos. Los gemelos casi saltan al bajarme de la cama y las lumbares...

Pero, que coño, he pagao, he viajao y he madrugao, así que a correr tocan. El calentamiento previo no hace más que empeorar lo que ya me temía, con el añadido de que empieza a pegar un solecito rico, rico. Me planto en la salida con el chip ultraconservador implantado en el cerebro. En el primer kilómetro, Óscar ya me saca más de 20". Peno los tres primeros kilómetros, pero a partir de aquí, con los gemelos ya bien entraditos en calor empiezo a encontrarme hasta con un buen gesto en la zancada.

Tanto es así, que en el kilómetro 6 empiezo a ver a Óscar. En el 8 lo tengo a tiro, pero el cabrón mira hacia atrás y al verme saca el turbo y me mantiene la diferencia de 15-20" hasta meta. Al final unos más que dignos 40'22", marca de mierda en cualquier otra circunstancia pero que aquí me dejan satisfecho.


martes, 28 de mayo de 2013

V Triatlon Ciudad de la Cerámica

Estoy acumulando retraso en contar las competiciones de este curso. A ver si este fin de semana me pongo al día que quiero contar unas cuantas cosas que empiezan a coger polvo y a olvidárseme...

El 5 de Mayo participé en el V Triatlón de Talavera en su versión corta o Ciudad de la Cerámica en versión elegante. Era mi cuarta participación en este triatlón, que fue el primero en el que participé allá por 2009 y al que tengo mucho cariño. Hace un año no pude participar y hace dos no pude salir del río, así que no cruzaba la meta desde 2010.

En esta ocasión, venía de una participación discreta en Fuente Álamo pero con una semana entre medias de entrenamiento de calidad, terminando las series de 1000 metros en 3'14''.

La natación era totalmente distinta a las otras tres veces que había hecho este triatlón, en lugar de que el 70% del sector fuese contracorriente como en las primeras ediciones, ahora se nadaba la mayor parte de la prueba a favor de corriente lo que hace que se nade muuuy rápido. Lo peor de la prueba fue llegar hasta la salida nadando contracorriente, de hecho más de un participante se quedó sin salir.

Después de una natación rápida pero bastante mejorable (poco agresiva, muy conservadora) cojo la bici y al igual que una semana antes en Fuente Álamo me cuesta mucho moverla al principio. A pesar de ello adelanto a unos 10 competidores en la subida al puerto y llego hasta un grupo con el que me relajo e intento guardar fuerzas hasta la T2, siempre a rueda en versión rata 3.0.

Pero en la carrera a pie, no sé si es el calor o que coño pero no voy absolutamente nada. Corro a un ritmo penoso, pero lo cierto es que no tengo nada. La segunda, y última, vuelta al circuito recupero algo de gas pero no consigo quitarme de encima el pajarón así que penando llego a meta en un triatlón que cumple con el objetivo de ayudarme a seguir dando pasos esta temporada pero que nunca ocupara un lugar en mis relatos de abuelo cebolleta del triatlón.

Lo mejor, sin duda, el grupo que volvimos a formar los del C.T.O.A.  juntando 12 triatletas en la Ciudad de la Cerámica... Talavera, vaya.


Próximo sermón... Bola del Mundo.

domingo, 12 de mayo de 2013

XXIV Triatlón de Fuente Álamo

Con dos semanitas de retraso voy a intentar resumir lo que fue mi experiencia en el primer triatlón de esta temporada 2013, a ver si estos días saco tiempo para contar el triatlón de Talavera y el ascenso a la Bola del Mundo.

Fuente Álamo es un pedazo de triatlón, lo único que me da pena es que se celebra en una fecha en la que difícilmente voy a llegar al 100% nunca. El año pasado llegue falto de rosca y este año no ha sido menos, agravado encima por el mesecito que me tiré lesionado (Marzo).

Aún así, volveré siempre que me sea posible, y no solamente por la fiesta posterior que también es un pasote y que comulga totalmente con mi filosofía: Tomarse en serio un deporte y dedicarle horas y horas durante una semana es perfectamente compatible con la socialización, especialmente si las pruebas son en sábado.

Volveré, como decía, porque es el triatlón mejor organizado en que yo haya participado, el ambiente en la carrera es genial y la actitud general de la gente es la de estar en una celebración.

Este año, a pesar de la mejoría climatológica generalizada que veníamos viendo (la carrera fue el 27 de Abril) nos tocó un día de perros, que afectó especialmente al rendimiento en la bici. A diferencia del año pasado que la natación fue como un naufragio en medio de una tormenta, este año pudimos nadar en buenas condiciones. Lástima que fuéramos tantos (el único pero a la organización, habría que poner más salidas) y la gente estuviera especialmente nerviosa. Muchos golpes y patadas, la natación sale lenta y además empiezo la bici con poca gasolina.

Pasado el puerto de rigor, en el que me voy encontrando más fino conforme avanzamos y llegamos a los porcentajes mayores, y cuando llevamos unos minutos llaneando se pone a jarrerar y la bici se complica. Curiosamente desde que empieza a llover es cuando más disfruto de la prueba, tanto en bici como después corriendo.

En la carrera a pie encuentro buenas sensaciones (tampoco nada exagerado) y eso me permite ganar unas buenas posiciones para conseguir mejorar, aunque por las diferencias que he comentado es difícilmente comparable, medio minuto mi tiempo de hace un año.



Si depende de mi, habrá Fuente Álamo 2014.