lunes, 27 de agosto de 2012

I Triatlón de Figueras

Es curioso como un muy buen final hace olvidar una carrera mediocre. Esto es lo que me pasó en mi primer triatlón asturiano (casi-gallego) en Figueras. Me acompañaba, tras su baja en Castro Urdiales, mi socio mas fiel esta temporada: Don Antonio Nuñez, al que a su vez le acompañaba una diarrea de tres pares.


En las entradas invernales de esta temporada, reflejaba mi frustración por haber perdido esa punta de velocidad que tenía en mi época de pistero en los 800 y 1500. Pues bien, si desde principios de Junio ya venía notando una clara mejoría, en Figueras volvió a aparecer esa chispa de los últimos metros.

Un gran sprint final, donde recuperé una desventaja de unos 50 metros en poco más de 300, al compañero del Cidade de Lugo que se cagó en todos mis ancestros, compensó un triatlón que hasta ese momento no me iba a dejar grandes recuerdos. Probablemente, en distancia Sprint, el más flojo desde Fuente Álamo. Creo que la influencia de Castro Urdiales fue definitiva en el desarrollo "cansado" de la carrera.

No me quiero cebar con la organización de la prueba, pero lo de no incluir un avituallamiento a la mitad del recorrido a pie en una carrera a casi 30º que se desarrolla a orillas del mar... Es una pena que no haya estado a la altura de su entorno, que es una puta maravilla... nada me gustaría más que decir que el año que viene volveré, pero no lo tengo nada claro. Lo mejor llega al consultar las clasificaciones el día siguiente. Resulta que al triatleta que batí al sprint llegó 34" detrás mía... lo que hace pensar en como se confeccionaron las clasificaciones. Eso, o mi condición de extraterrestre.

La organización facilitó los parciales, pero partiendo de lo comentado al final del párrafo anterior, como para fiarse...

La natación sale regular. Hasta la primera boya voy cansadísimo, con dolor en los brazos desde los primeros metros. A partir de ahí, mejor. Pero en los últimos metros me enzarzo con otro competidor que no hace más que entorpecerme la trayectoria y me dejo unos segundos. Pero lo peor llega al pisar la playa, donde soy absolutamente incapaz de quitarme el neopreno que se ha enganchado. Pierdo un tiempo próximo - si no más - al minuto en poder deshacerme del puñetero.



Esto me hace salir algo cruzado a la bici, lo que juntado a la torpeza de otro triatleta (incapaz de subirse a la bici sin recorrer en diagonal toda la carretera), casi me provoca una caída antes de ponerme siquiera a pedalear. El circuito de bici es corto y bonito. Son 5 vueltas en las que voy saltando de grupo en grupo, hasta doblar a Nuñez en mi última vuelta para bajarme a correr de manera algo accidentada...



En la carrera a pie empiezo bien, con fuerza y adelantando de forma constante competidores, hasta aproximadamente el km.3 donde la falta de agua en un ambiente muy húmedo y caluroso me pega una buena hostia. Voy algo tocado durante 1500 metros. Aquí pierdo la oportunidad de ser el mejor parcial de carrera a pie, pero entonces llega ese momento "Usain", y todas las cosas que han salido mal se olvidan enseguida.


Ahora toca la época de descanso de competiciones más larga- si quitamos el mes que me tiré en Francia - del verano. Hasta el 8 de Septiembre en Alcorcón en el DuCross nocturno no volveré a competir. Pensaba disputar un triatlón en San Vicente de la Barquera el 1 de Septiembre, pero se ha retrasado a Octubre...

Después de Alcorcón me quedará el fin de semana del 23 de Septiembre, que huele bastante a Rio Duero. Esa será, en principio, la última prueba de la temporada,a falta de que los perdedores del clásico de la Casa de Campo se animen a triatlear por relevos...

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